Nací en un pueblo muy pequeño de La Mariña lucense en 1974. De familia de fotógrafos, con ocho años tuve mi primera cámara de fotos, y desde entonces, la fotografía es algo que me ha acompañado toda la vida. Empecé a exponer con veinte años, exposiciones individuales y colectivas, con artistas de la zona. Poco tiempo más tarde empezó una época de sequía creativa que duró más de lo que hubiera querido, pero ya estoy de vuelta y tengo toda la intención de quedarme. En mis fotos me guta romper las normas de la estética, con mucha estética. Busco la sencillez, el minimalismo, el concepto, paz, suavidad, silencio, pero con la contraposición del radicalismo estético y el abuso del negro. Seguramente, si me hubieran dado unos pinceles y no una cámara, estaría haciendo lo mismo pero en otra disciplina. Mis fotos son un reflejo plástico de mi personalidad y mi filosofía de vida